
CHILE BAJO EL MARXISMO
Quienes nos critican desde el extranjero, e incluso, dentro de nuestro propio territorio, por falsas informaciones (que les conviene olvidar) provenientes del Gobierno o, simplemente, por ignorancia, por la situación en Chile días antes de Pronunciamiento Militar de ese régimen marxista entre los años 1973 y 1990.
Para que podamos comprender mejor la situación, debemos remontarnos a la crisis política, social y económica de la década de los 60, además de las circunstancias que hicieron posible la creciente infiltración del marxismo a nuestro territorio hasta que Allende accedió al poder.
La gran falla de nuestro régimen democrático tradicional antes de 1973 fue lo inadecuado que resultaron en su aplicación los instrumentos legales que se poseían para neutralizar los dos grandes vicios que corroyeron el sistema vigente hasta esa fecha: por un lado, la demagogia política y, por el otro, la acción organizada y constante de quienes procuraron carcomer, hasta su destrucción, un sistema en el cual no creían, para luego reemplazarlo por el régimen totalitario del Marxismo – Leninismo.
Al amparo de la Constitución de 1925 y sus leyes complementarias que eran sobrepasadas, insuficientes y, muchas veces, equivocadas, nuestra vida cívica se convirtió en una escuela de prácticas políticas que transformó la lucha por el poder en un fin en sí mismos, lo cual significa que ellos no buscaban el Bien Común sino más bien, les era un vehículo para privilegiar a miembros del partido, grupos electorales que los apoyaban, a sus familiares y, con mayor razón, a ellos mismos.
En las elecciones de 1970, este tipo de acciones fue más implacable que nunca, infiltrándose en los Cuerpos Intermedios de la sociedad, llegando al poder ese mismo año.
La demagogia política favoreció al estatismo socializante que, como concepción doctrinaria, desconfiaban de las libertades y garantías personales, sometiendo a todos los individuos a controles y regulaciones extremos que aumentaban constantemente.
Los propósitos de justicia y equidad que tal intervencionismo estatal proclamaba, se desvirtuaron considerablemente a favor del empresariado y grupos gremiales que pretendían franquicias y privilegios completamente arbitrarios para sus propios sectores, con consecuencias nefastas para la sociedad toda.
Fueron estos elementos, entre otros, los que fueron erosionando la vida política, económica y social; permitiendo el ingreso de elementos marxistas para transformar todo nuestro país en un país comunista.
Como podemos ver, hay una relación muy importante entre la DEMAGOGIA, ESATISMO Y MARXISMO.
Al juntar estos tres elementos, sumados al Gobierno que fue elegido por el Congreso Nacional, ya que no se alcanzó la mayoría en las elecciones de 1970, terminó en tres años, solo en violencia, caos, crisis y que colocó a nuestro país al borde de una guerra civil.
Muchos han olvidado, o no han querido reconocer del cómo durante el Gobierno marxista, se olvidaron las características más esenciales de nuestro país, por ejemplo, el espíritu de libertad, el sentido jurídico de nuestro país, la libertad económica, etcétera.
El Pronunciamiento Militar de 1973, termino con el caos político, social, económico... ese cuadro de descrédito, terminó con el odio que dividía a nuestros compatriotas, gracias a la llamada “lucha de clases”
El Pronunciamiento Militar de 1973 fue la respuesta al quiebre institucional, sino sacar de raíz, la intromisión foránea de la Unión Soviética, amenazando todo lo alcanzado en la vida democrática de Chile.
Analizaremos la Carta Fundamental de 1925, para que de una forma más entendible, explicar que adoleció de muchos y graves vacíos, que perturbaron y concluyeron gravemente en el normal desarrollo de la vida nacional.
La libertad individual para el desarrollo de organizaciones sociales intermedias, cuya expresión histórica se radicara en el municipio como fuente del poder social; la existencia de normas jurídicas que dan igual valor a los gobernantes y a los gobernados, la inviolabilidad del derecho de propiedad y permitir a los individuos su legítimo derecho a adquirir bienes necesarios para alcanzar su realización temporal terrena, son solo algunos valores que el anterior Cuerpo Constitucional (1925), si bien los reconocía, abandonaba luego a una verdadera situación de indefensión.
La antigua Constitución omitía la creación de herramientas jurídicas eficientes que protegiesen a los individuos de la constante proliferación de doctrinas contrapuestas. Por lo mismo, el Estado carecía de toda concepción, que frenara una acción socialista
Por estos motivos, la economía nacional sufría constantemente retrasos a lo largo de 35 años antes de 1973, que conoció muy pocas veces alzas pequeñas... pero si conoció muchas veces los altos índices de pobreza, desnutrición, desempleo crónico, inflación y bajo crecimiento, mercados a los cuales se les fijaban sus precios, protección desmesurada de las industrias nacionales, barreras arancelarias, malas asignaciones de recursos, tanto financieros como económicos. Todos estos elementos impedían en normal desarrollo de las exportaciones.
Un elemento, como parte de la economía, que requería un punto aparte, era la constante perturbación por parte del Estado, llegando incluso a asumir directamente la producción de bienes y servicios que le fueran posibles, quedando el país al margen de todo tipo de progreso e iniciativa.
El 22% de los chilenos en estado de pobreza extrema, conocieron la libertad de la que hablaba el gobierno... ellos conocieron la democracia que tanto alababan. Esta era una realidad que no han querido reconocer amplios sectores de la ciudadanía... esos sectores que hoy forman parte del gobierno.
Definitivamente, el estado invadió todos los campos de actividad económica que les fue posible.
Muchos dirán que el especto económico es solo un detalle de la crisis... que solo fue eso. Amigos míos, que equivocado están, a mi modo de ver.
A parte de la crisis económica, la crisis más aguda fue en el aspecto político e institucional, culminando con el quiebre jurídico establecido en la Constitución de 1925, que era la que primaba en el año 1970, que si bien es cierto que parte de la segunda mitad de la década del 20, décadas del 30, 40, 50 y parte del 60 resultó satisfactoria, después de 50 años resultó ineficiente, por los motivos antes explicados. Las realidades cambian.
Desde mediados de la década del 60, Chile experimento un crecimiento paulatino del marxismo, considerado un instrumento de agresión permanente y total del imperialismo soviético y que, gracias a los Vacíos Legales, les era posible a sus agentes externos e internos, infiltrarse en los centros vitales del cuerpo social e incrementar su poder desde adentro.
Los elementos subversivos internacionales, de variadas raíces, pero principalmente raíces marxistas – leninistas, constituyeron una amenaza sin cuya derrota total se hace imposible la convivencia civilizada y frente a la cual el sistema institucional anterior se encontraba prácticamente inerme.
El Estado de Chile, en ese periodo, cohibían y cercenaban constantemente, la libertad de cada chileno y chilena del territorio, asfixiaba con ello toda iniciativa creadora, porque era cada vez más dependiente de la burocracia estatal, al tiempo que se impedía el crecimiento elevado y sostenido de la economía, que es importante para el bienestar a que aspiran todos.
Los Partidos Políticos asumían el monopolio de la participación ciudadana, más allá de su verdadera representatividad.
El libertinaje, fue otra característica propia de este período. Se cometieron muchos excesos que jamás fueron sancionados por el parlamento, la prensa destructora de principios fundamentales, politización de organismos sindicales
En resumen, podemos citar, ordenados en puntos, los antecedentes más importantes por los cuales se gatilla la crisis del año 73
- Prédica permanente de lucha de clases sociales.
- Desarrollo económico insuficiente.
- Demagogia.
- Vicios en el sistema político.
- Políticas permanentes estatizantes.
- Crecimiento sostenido del marxismo en Chile.
- Perdidas de las libertades esenciales del ser humano.
- Terrorismo.
Durante los nefastos mil días de Gobierno, bandas de extremistas armados, muchos de ellos eran extranjeros a sueldo (15.000 indeseables expulsados de otros gobiernos) que junto a los cubanos actuaban como verdaderos mercenarios al servicio del gobierno de la Unidad Popular.
En esos tres años, se encontraban cada vez más y más armas... no eran solo pistolas y revólveres sino también, cañones de 6 pulgadas, ametralladoras, lanzacohetes, fusiles de asalto, fusiles lanzagranadas y dos tipos de explosivos... el TNT (trinitrotolueno) y el temible explosivo “T 4” (es considerado el explosivo del terrorismo. No tiene aplicación industrial ni militar). Además, se encontraron un sinnúmero de instalaciones sanitarias para atender a los “combatientes” que eran heridos en combate.
Se multiplicaban las “tomas” que eran ocupaciones ilegales de industrias, propiedades urbanas y rurales, mientras el gobierno realizaba numerosas “requisiciones” de empresas y las entregaba a “interventores” de su confianza.
Santiago, a la vez, era rodeada por los “Cordones Industriales”, que mantenían a toda la población bajo un control de terror.
Una de las situaciones más graves fue cuando el Presidente Allende asumió como tal. De acuerdo a estudios de profesores del Departamento de Derecho Político de la Universidad Católica de Chile, denunció el hecho de que los comicios de ese año (1970) se había efectuado el fraude electoral más grande de la historia Patria, que viciaba por completo la legitimidad de los referidos comicios.
La Excelentísima Corte Suprema, la Contraloría General de la República, la Cámara de Diputados, el Colegio de Abogados de Chile, señalan en variados informes públicos, los atropellos a la legalidad cometidos en varios aspectos por el gobierno.
Todos esos informes, misivas y llamados jamás fueron atendidos por el Gobierno, es más, continuaron su acción por todos los medios posibles.
Mientras tanto, el estado general de nuestra Nación se agravaba constantemente, afectando muchas veces, a la vida diaria de grandes sectores de la comunidad, por ejemplo, el desabastecimiento de insumos básicos, llegando al extremo de mendigar a otros países para que nos enviaran alimentos, pues no habían para alimentar a la población... “SOLO QUEDA HARINA PARA UNA SEMANA MÁS” fueron las palabras del Presidente Allende. Se preparó el racionamiento y se entregaron tarjetas para que nuestros compatriotas recibieran una cantidad mínima de alimentos, cuyo sistema se implementó en la Ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Las famosas “colas” para recibir un cuarto de aceite, cantidad de panes mínima, cucharadas de café, tarritos de azúcar, un puñado de fideos, etcétera... para que hablamos de carne, si la que vendían era de pésima calidad y muchas veces, podrida.
Así se transformaba la mentalidad chilena, acostumbrándola a recibir lo mínimo, casi a limosnar. Siempre informaban que los pesqueros trabajaban por amor a Chile, pero lo que no decían era que ellos se llevaban nuestro cobre, cobrando millones de dólares por el arriendo de sus barcos, barcos que por cierto eran rusos.
Volviendo a la situación económica, la que era desastrosa, con una inflación que en 1973 superaba el 1000%. (La inflación, en forma más simple, es la excesiva emisión de dinero sin el respaldo de bienes y/o servicios). Las personas tenían muchos billetes en los bolsillos, pero eran solo papeles, que no tenían valor alguno, además que no había nada para comprar.
La Unidad Popular se aprovechó de nuestro sistema institucional, así como la debilidad de ciertos sectores partidistas, para llevar adelante sus planes de acceder al poder.
El Pronunciamiento Militar de 1973, no fue por la ideología propia ni ansias de poder... se trataba de defender nuestra soberanía nacional y de salvar a Chile de la amenaza totalitaria. Antes de ese 11 de septiembre, las valientes mujeres, estudiantes y compatriotas que veían a un Chile sumido en la pobreza, crisis económicas y sociales intentaron, sin llegar a buen puerto, de manifestarse en contra del gobierno, pero eran rápidamente reprimidos por grupos paramilitares reforzados por elementos extranjeros, los cuales restringían la libertad de manifestarse en contra del gobierno de Salvador Allende Gossens.
El Pronunciamiento Militar en su concepción más profunda era la de rechazar la pretensión de instaurar en Chile un régimen comunista, las Fuerzas Armadas y Carabineros de Chile garantizaron que la dramática situación vivida entre los años 1970 y 1973 no se volvería a repetir.
Como Chileno agradecido de la Obra del Gobierno Cívico Militar, rindo homenaje a todos los que lucharon por ver a un país mejor y fueron asesinados de forma cobarde por los terroristas; esos mismos terroristas que actuaban en el Gobierno de Salvador Allende sin ninguna compasión a nuestros compatriotas.
Dentro del mismo homenaje, pido disculpas a las familias de todos los hombres y mujeres que, inocentemente, fueron víctimas de una guerra irregular, fraticida, que se inició por los grupos terroristas marxistas que ingresaron, como ya lo explique anteriormente, desde los años 60.
Ahora, es tiempo de iniciar una nueva etapa en la vida Patria. No debemos desconocer el pasado, pues no queremos que se repita. Debemos vivir el presente de una forma armónica, pues somos todos chilenos, somos todos iguales en dignidad y derechos, con una Carta Fundamental que contempla todos los posibles problemas, tenemos una democracia verdadera, tenemos Instituciones que velan por todos nosotros, una economía estable, sin demagogia política, que afecta a todos y cada uno de los chilenos y chilenas que, sin saberlo, pueden perjudicarse ellos mismo.
Todos estos logros tienen su punto de incubación en Gobierno del Ex Presidente de la República, General de la República y Ex Senador de la República, Capitán General, don Augusto José Ramón Pinochet Ugarte.
VIVA CHILE
Chile, Misión Cumplida (1973-1990)
¡Gracias General Pinochet!